Sin duda alguna el contenido ha acaparado todas las miradas dentro del marketing 2.0, de ahí la frase tan escuchada en los últimos tiempos: El contenido es el rey. De hecho, las estrategias de marketing de las empresas y organizaciones más prestigiosas y responsables no dejan nada al azar. Cada publicación, cada post, cada documento descargable o cada mail forma parte de una cuidada estrategia que descansa sobre un calendario de publicación.
Pero no seamos egocéntricos. Dentro del marketing de contenidos existe una regla esencial que indica que el 70% del contenido que ofreces en tus canales debe de ser creado por ti mientras que el 30% restante deberá de ser contenido generado por otros. La curación de contenidos es un proceso mediante el cual el content curator es el responsable de buscar, seleccionar y compartir aquella información que se considera relevante para nuestra audiencia.
Es una tarea ardua porque si hay algo que abunda en Internet es la información. Sin embargo, no toda es válida, o al menos lo que resulta interesante para algunos, quizás no lo es para nuestro público. Ahí entra en juego la figura del especialista quien, con ayuda de las múltiples herramientas que existen en la red realiza el proceso de curado de contenido.
¿Por qué la necesidad de hacer curación de contenido? Las marcas queremos ser un referente, queremos crear un vinculo con nuestro público, queremos solucionar problemas, dar respuestas a las posibles dudas que tengan los potenciales clientes y, así, conseguir que acudan también a nosotros en el momento de decidir su compra. Bien vendamos servicios o vendamos productos, aportar contenidos de valor a nuestros clientes siempre va a ser interesante. Cuanto más específico sea lo que ofrecemos, más específico puede ser el contenido que les presentamos.
En mayor o menor medida, todos podemos aplicar esto a nuestra línea de comunicación, por ejemplo, si observas qué contenidos publicamos en nuestras redes sociales, no todo son artículos de este blog que estás leyendo. Nos gusta pensar en qué pueden necesitar nuestros seguidores y, aunque no lo hayamos escrito nosotros, compartir contenido que publican otras agencias, estudios sobre marketing online que van saliendo (tanto los puntuales como esos estudios que se actualizan anualmente y que tango nos gustan), citas célebres sobre marketing, eventos locales… Siempre intentando de aportar ese extra a nuestros clientes.
Si te apetece investigar un poco sobre este concepto verás que hay multitud de herramientas para recopilar esa información en cuanto la indexan los buscadores y los lectores de noticia (muy útil si tu estrategia de contenidos se basa en publicar novedades de tu sector). Independientemente de todas las herramientas que utilices para tu marketing de contenidos, siempre hace falta una ‘herramienta’ muy importante: el sentido común.
Algunos consejos extra para implementar por ti mismo la curación de contenidos:
- Procura que los contenidos que compartes estén bien escrito, sin faltas de ortografía y en un tono que te convenza, que sea agradable de leer tanto para ti como para tus lectores.
- No publiques algo que tú no has leído. A veces el tiempo que le dedicamos a esta investigación sobre contenidos de terceros es escaso… tómatelo en serio si no quieres acabar publicando cosas que no tienen nada de interés para tu público.
- Si no tienes un calendario de contenidos, no pasa nada, aunque sea una recomendación no implica que si no tienes tiempo suficiente no puedas publicar nada… hazlo con cuidado, selecciona las fuentes, lee bien todo lo que estás invitando a leer a tus seguidores.
- Intenta medir para seguir seleccionando mejor. A veces algo para ti es interesante y tiene mucho valor pero a tus seguidores no les causa el mismo interés… lo bueno de estar en Internet es que podemos medir todo así que, busca la forma, fíjate una meta para cada publicación y comprueba si se alcanza o si deberías seguir mejorando esa curación de contenidos.
- Curación de contenidos es un término que viene de una traducción inglesa. No lo malinterpretes, no significa coger varias fuentes y ‘hacer un refrito’ para que no se note que está copiado. Si alguna vez quieres poner un contenido en tu blog y no tienes medios suficientes para escribirlos por ti mismo puedes subcontratarlo o dedicarle un poco de tiempo para aprender sobre el tema del que quieres publicar. Tus lectores lo agradecerán mucho más y a la vez será satisfactorio para ti.